viernes, 28 de mayo de 2010
Foto #1
La primera foto muestra un libro encuadernado en cartoné, de un intenso color marrón con algunos veteados claros, como si fuera mármol, en cuya tapa figura escrito en letras doradas y mayúsculas, CUENTOS RUSOS. La edición parece estar bastante bien conservada, aunque haya perdido el brillo de antaño y, seguramente, hayan amarilleado sus hojas, aunque esto no lo podamos comprobar ya que el ejemplar está cerrado. Los bordes de las páginas están cubiertos de una película finísima de un oro que también ha sufrido el paso del tiempo, pero que todavía produce algunos destellos y da una sensación de vieja gloria, de reliquia olvidada, de nobleza trasnochada. Dicho volúmen es bastante extenso y parece ser pesado, tal vez sea una antología que probablemente incluya a Dostoyevski, Chejov, Gógol, Turgueniev, Pushkin, ¡el gran Pushkin!, o tal vez sea una colección de cuentos tradicionales eslavos de Afanasiev del mismo título. En cualquier caso, no podemos ver el lomo ni el interior para comprobarlo, ambos quedan fuera de nuestro alcance y permanecerán en el misterio. Al costado del libro podemos ver una hoja rayada y manuscrita arrancada de un cuaderno que tampoco aparece. Su contenido resulta apenas legible. Se puede distinguir una palabra en versalitas, Apuntes para “temporada en eire”, y lo demás es ininteligible. Garabatos, esbozos de dibujos y algún que otro rayajo que parece un verso en pésima caligrafía. Al costado, un bolígrafo bic destapado y con el capuchón puesto en su parte superior, un lápiz de rayas negras y amarillas mordisqueado que apunta al texto y una goma de borrar redondeada y sucia por el uso. Esto se encuentra sobre una mesa marrón, branizada y gruesa de la que no se pueden calcular las dimensiones pero que tampoco parece ser excesivamente amplia. La mesa se apoya sobre una pared blanca con gotelé, lo que indica un pésimo gusto por parte de los decoradores de la habitación. Hay un foco de luz que penetra desde la esquina superior izuierda, pero es tenue y amarillenta, tal vez sea una lámpara de pie, ya que no parece luz natural ni se concibe que haya un escritorio sin iluminación. En qué tipo de habitación, ubicación, recinto o, siquiera, espacio geográfico fue sacada esa foto, lo ignoramos de momento.
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