Cierro la novela, de lectura bastante ágil y sencilla, entre otras cosas por el vocabulario, las grandes letras y las pocas páginas, con la sensación de que es totalmente innecesaria. Se me atragantó Auster:
El protagonista, Míster (sic) Blank se despierta en una habitación totalmente desorientado, débil, en un estado casi amnésico con una inmensa sensación de culpa. Está siendo grabado, pero lo que se nos cuenta no es sólo lo que pasa, sino también lo que siente, lo que piensa, manteniendo la intriga sobre su situación: desconoce si está realmente encerrado, qué ha hecho para tener esa sensación de culpabilidad generando así un espacio de conflicto del personaje tanto con la propia habitación como con su interior -unos fantasmas que le acosan cuando cierra los ojos-. Se van siguiendo en la habitación una serie de personajes que intentan aclarar ligeramente su situación y, a su vez, se mezcla la narración principal con una suerte de metatexto que lleva a confundir ambos planos. Lo que no se confunde es la falta de brillo en ambas historias: la primera por morosa y por unas técnicas narrativas que se hacen poco creíbles y en exceso evidentes y la segunda es, sencillamente, mala. Los juegos narrativos (más propios del relato breve) no cumplen la función en una historia que cae demasiado pronto, sin siquiera párrafos que alumbren a una prosa fácil en exceso, fláccida, y que roza el mal gusto sin necesidad de usar palabras mal sonantes. No es que sea un escritor que cuide particularmente el estilo ni que tienda a los ornamentos, pero la lectura se hace demasiado plana. El protagonista no termina de conectar con el lector y el abanico de personajes es en exceso esbozado. La metaliteratura, que finalmente hace acto de presencia como tema central, induce más a pensar en una reflexión de Auster que en una justificación de la obra.
5 comentarios:
Qué mierda SuperVasco, menos mal que me queda 2666 y Céline.
http://www.elpais.com/articulo/ensayo/Buscando/voz/Miles/elpepuculbab/20090711elpbabens_4/Tes
¿Esta noche te vienes a donde sea, si?
Muas
¿Acaso te dije que era bueno? El final me dejó con ganas de pegarle a alguien.
En realidad el libro es como un especial de navidad de algún programa estadounidense. Algunos de los tipos de la trilogía de nueva york aparecen para hacer la gracia, la gente se tira horas parada sin saber qué hacer/quién es/qué pasará (creo que es el leit motiv de Auster, la puta incertidumbre paranoica).
Creo que tienes razón en cuanto a la prosa torpe. Desde luego, el libro empieza no de forma demasiado mala, luego parece que puedas sacar algo de ahí pero tras 20 minutos de lectura lo único que te mantiene agarrado a ese montón de celulosa es el querer averiguar si de verdad puede editarse algo tan jodidamente malo en tapa dura.
Celine joder, sí, pero Bolaño.... ¿sabes que se me ocurrió meter la nariz en Amberes? No hablo de la srta Amberes, que por cierto se convirtió en una blandengue estupenda, me refiero a la minúscula y críptica novela del señor Roberto: perfecta para reducir tu ego (tu pene) a lo más mínimo. Si alguna vez has creído que podrías comprender a este señor leyendo Archivo Bolaño, inténtalo con esto.
(pero no te lo compres, róbalo en la casa del libro o espera un par de días, el día 23 de Agosto ya pisaré España de nuevo).
Ya lo leí, y te aviso que existe una versión más críptica (una versión imposible) que está incluida en La Universidad desconocida. Enfermo de mierda. Amberes suelto parece tener un hilo... El jorobadito, la pelirroja y la descomposición literaria. C'est magnifique. Por cierto, estoy terminando de quemar tus libros antes de que vuelvas. Besitos.
Saludos, me topé con tu blog buscando un sitio donde despotricar sobre la novela que me ha echo perder el tiempo, poco la verdad, desde ayer que es "Viajes por el scriptorium" de Paul Austerl. Vaya full, no sé como cogerla ni definirla. Nos toman el pelo? Gracias por dejarme expresarme
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