¿Qué decir después de 2666? ¿Qué decir cuando se es -como un, aparentemente, buen lector (aunque qué mierda es un buen lector)- arrastrado o llevado o
inducido o hipnotizado durante kilómetros y abandonado justo al borde de la sima, mirando hacia el abismo? ¿No decir nada? ¿Simplemente arrojarse? No, ya
estás ahí, cayendo y volviendo a caer.
Sinopsis de los libros
La parte de los críticos: trata de la relación que mantienen 4 críticos literarios expertos en un escritor semidesconocido, Benno Von Archimboldi, entre ellos y en relación al escritor, a quien deciden buscar.
La parte de Amalfitano: un profesor chileno de filosofía, traductor de Archimboldi, después de ser abandonado por su mujer, enajenada, termina viviendo en Sonora con su hija en medio del aburrimiento, la soledad. Es un chileno en el desierto.
La parte de Fate: un reportero -estadounidense y negro-, después de la muerte de su madre termina por casualidad cubriendo un combate de boxeo en Santa Teresa y, posteriormente, interesándose por los crímenes que allí ocurren.
La parte de los crímenes: en forma de informes forenses intercalados por otras tantas historias que se entrelazan e intermitan van pasando personajes relacionados con los asesinatos (víctimas, cuplables, acusados, judiciales, padrotes, putas, narcos, policías, videntes...). Es la parte del horror, también, pero un horror casi aplacado por la repetición, por la burocratización y el intento de crear cortinas de humo. Casi podríamos hablar de la banalización del mal, que diría Arendt.
La parte de Archimboldi: es la biografía del autor, desde sus orígenes prusianos, su paso estólido por la guerra, su formación como escritor y sus viajes.
Parece un tópico hablar de los asesinatos, de Sonora, de los feminicidios de Santa Teresa como el hilo conductor del libro, pero el problema es que no es un libro, son cinco, y los asesinatos son el argumento principal de uno de ellos. Podría ser Archimboldi, pero su figura, tanto en ausencia como en presencia, sólo encauza La Parte de los Críticos y La Parte de Archimboldi, propiamente, siendo testimonial su aparición en La parte de Amalfitano y en La Parte de Fate, donde se centra la acción más en los personajes y en la sordidez de ese alter Juárez. Se tienden puentes en algunos libros, las conexiones más o menos obvias que le dan la estructura de novela única, aunque en algunos casos esos puentes parecen no llevar a ningún lado. Se crean tensiones que no se resuelven, como las decenas de casos expuestos en el cuarto libro, el de los crímenes, y otras apenas se sugieren, se insinúan, como la inocencia de Klaus Haas o lo que le sucede a Fate -atención al comienzo del tercer libro- u otras que parecen engarzarse como el quinto libro con el primero y el cuarto, convirtiendo los libros dos y tres en unos apéndices de una fantasmagórica línea principal. Pero hay otras líneas que corren con más o menos fuerza en toda la obra. La principal parece ser la locura que se hace presente en muchos personajes (Lola, el poeta de Mondragón, trasunto de L. M. Panero, Ingeborg, Elvira Campos o el mismo Fate), la disolución de los personajes protagonistas o el horror visto desde la perspectiva de Sonora y desde la de un soldado alemán en la 2a guerra mundial. El sexo también se hace muy presente en una vertiente casi pornográfica que tiene de máxima estrella a la condesa Von Zumpe y en el trío formado por Liz Norton, Espinoza y Pelletier en menor medida. Las lecturas parecen infinitas. Los temas y los personajes también, así como las historias. El despliegue narrativo es apabullante, arrollador, así como las digresiones, metahistorias, retratos.
Necesito agua y releerla, así como intentar digerirla. Pero sigo en trance.
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