viernes, 11 de septiembre de 2009

Nos veremos en París, seguramente



La primera noticia que tuve de Alfons Cervera fue durante la última feria del libro, cuando se publicó Esas vidas. Naturalmente un estreno en una feria del libro sobre todo siendo de un desconocido (para mí) habría pasado inadvertido pero el primer cebo que tuve para acercarme a él fue, cómo no, una mujer que paseaba felizmente su adquisición, la única y feliz compra que había hecho en esa feria. Así se activó la curiosidad -como tantas veces...- y al poco tiempo tuve la ocasión de acudir a una conferencia suya donde terminó de captarme como lector.
Los datos que reuní de él son los siguientes y los cito casi de memoria:

Nació en Gestalgar, Valencia. Ha publicado más de una decena de libros. No todos son novelas si no que empezó como poeta (nunca dejaría de serlo) y poco a poco, tal vez convencido de que sus poemas eran "conmovedoramente malos", se pasó al terreno de la prosa y de la novela. Hasta el momento, Maquis es su mayor éxito a nivel comercial (5 ediciones).
No es esto lo que me interesó de él, sino una serie de frases que aquí reproduzco:

"Hay que leer con uñas y dientes"
"Para mí escribir es reescribir"
"Escribir es un trabajo feliz"
"Antes de escribir una novela escribo el título"

Hace poco, ya que no encontraba su última publicación, me hice con otro que parecía escapar de la temática de la Guerra Civil.

Nos veremos en París, seguramente está cerca de la novela aunque es, desde luego, difícil defenderla como tal. El espacio donde trasncurre la historia, un recuerdo que se diluye constantemente, es París, pero esto no es importante. Los personajes, sin nombres propios, que parecen mezclarse entre sí como en el recuerdo de un sueño, tampoco parcen serlo. Hay un asesinato pero el crímen es lo de menos aquí. Está lejos de ser un relato policial. La estructura confusa de la novela, en cierto sentido emparentada con Amberes de Bolaño hacen que como esta, lo único que podamos sugerir como protagonista sea el propio acto de la escritura, los ejercicios morfológicos y sintácticos, poéticos y oníricos, tal vez hasta autobiográficos que desenfocan la historia y que la fragmentan pero que aun así parecen querer comprometer al lector, siempre y cuando lo que le importe al lector sea la literatura.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muchas gracias por "Maquis" y por los momentos...

NESKA.